Vayamos con la pregunta del millón: ¿Aceptará el gobierno la existencia de alienígenas? ¿Aceptará que siempre tuvieron marcianos escondidos en el Área 51?
¡De rodillas, paganos! El 2021 está resultando ser un año cósmico y el tema del momento tiene aires conspiracionista. Eso sí, les juro que es tan serio como cualquier asunto geopolítico. ¿A qué me refiero? Pues a los mismísimos OVNIs.
Antes de que cuestionen cómo una publicación con el prestigio de Vértigo permitiría que se publicara una opinión posiblemente reservado para el mamarracho de “Alienígenas Ancestrales”; quisiera adelantar que no pretendo hablar de marcianos ni seres de otros planetas.
Ahora bien… ¿Por qué tanto alboroto? Porque por primera vez en la historia el gobierno estadounidense se prepara para emitir un reporte donde acepta que realmente existen objetos extraños en el cielo que simplemente no tienen una explicación. Estos “fenómenos aéreos no identificados”, como se les conocen ahora en la jerga gubernamental, son reales y su entendimiento desafía a la ortodoxia científica y aeronáutica.
El origen de esta controversia comienza hace un par de años, cuando The New York Times publicó un par de videos grabados por cámaras de aviones militares donde se mostraban objetos extraños en el aire y el audio de pilotos sorprendidos por lo que observaban. Tiempo después el Pentágono confirmaría su autenticidad.
Esto rompe con décadas de secretismo por parte del gobierno. Como explica Gideon Lewis-Kraus en su excelente artículo en The New Yorker (How the Pentagon Started Taking U.F.O.s Seriously), el comienzo de la Guerra Fría a mediados del siglo pasado marcó un cambio en la mentalidad del gobierno estadounidense hacia los reportes de fenómenos voladores no identificados.
Si previamente el Ejército se interesaba por los reportes de sus pilotos sobre objetos inexplicables en el cielo; con la amenaza nuclear de la Unión Soviética, las ramas militares de EE.UU. no podían continuar aceptando en público que objetos extraños estuvieran entrando en su espacio aéreo y que su Fuerza Aérea fuera incapaz de reaccionar con efectividad. La lógica es que esto demostraría debilidad e incompetencia frente a los rusos, algo imperdonable en un momento de alto riesgo geopolítico.
La segunda razón para ignorar estos avistamientos era que llegaban tantos los reportes que el Pentágono temía que entre todo este “ruido” se perdiera alguna señal de peligros reales (digamos, un avión ruso o un misil). Por lo tanto, desde la década de 1960, el gobierno de Estados Unidos decidió ridiculizar cualquier reporte de OVNIs, y desprestigiar a quienes afirmaban haber visto algo.
Pero ya no estamos en la Guerra Fría, y ahora altos mandos del gobierno civil y militar de EE.UU. consideran a estos fenómenos como un peligro directo para su seguridad nacional. Es por esto que a finales del 2020, dentro del paquete de créditos valuado en 2.3 billones impulsado por Donald Trump, ciertos congresistas incluyeron una cláusula donde pedían al Secretario de Defensa y al Director de Inteligencia Nacional la presentación de un informe (desclasificado) sobre todo lo que el gobierno sabe de los OVNIs. ¿La fecha de publicación de dicho reporte? ¡El 25 de junio! ¡Esta misma semana!
Vayamos con la pregunta del millón: ¿Aceptará el gobierno la existencia de alienígenas? ¿Aceptará que siempre tuvieron marcianos escondidos en el Área 51? Por desgracia, no.
The New York Times ya recibió información exclusiva de los involucrados en la redacción del reporte, quienes indican que el gobierno sí aceptará que existen objetos voladores sin explicación, pero que no puede confirmar ni negar que sean seres fuera de este planeta.
Esto es un paso importantísimo para alumbrar un tema que ha causado fascinación por más de 80 años. Así que por lo pronto…¡Sigan mirando al cielo!