22/9/20
UN VERANO EN MÉXICO: CRONOLOGÍA DE UN DESASTRE
14/9/20
LA EDUCACIÓN EN EL ESPEJO NEGRO
¡Pinche año de Leona Vicario! ¡Nomás no hay tregua! Y no conforme con los violentos torbellinos de este annus horribilis, ahora el 2020 les propicia un nuevo madrazo a millones de mexicanos: educar a sus hijos a través de las pantallas.
Texto por: Juan Pablo Delgado Cantú
Me robo esta frase de un prestigioso columnista: “¡Pinche año de Leona Vicario!”. ¡Nomás no hay tregua! Y no conforme con los violentos torbellinos de este annus horribilis, ahora el 2020 les propicia un nuevo madrazo a millones de mexicanos: educar a sus hijos a través de las pantallas.
Les adelanto que yo no tengo hijos ni por ustedes los tendré. Pero ignorando mi aversión hacia los infantes, creo que puedo empatizar con los padres de familia que tras meses de encierro con sus criaturas, ahora reciben un ciclo escolar como extensión a su condena.
Primero lo obvio: es innegable que para los chamacos la educación a distancia es la antítesis del ideal deseado. Entre su naturaleza por echar desmadre, su corta capacidad de atención, y la sensación de aislamiento y encierro, los pequeños se enfrentan a una bronca monumental.
A esto sumen la desigualdad tecnológica. El UNICEF indica que son 1,200 millones de niños afectados por los cierres de escuelas en el mundo, y apunta que no todos tienen los mismos recursos para adaptarse a este mundo posmoderno, apuntando que “las desigualdades inherentes en el acceso a las herramientas y a la tecnología podrían agravar la crisis mundial del aprendizaje”. ¡Obviamente!
Pero como bien dicen los clásicos: “¡Es lo que hay!” Así que en vez de quejarnos, veamos cómo podemos mejorar esta situación.
Para desenmarañar este asunto me remito a quien quizás sea el mayor experto de la educación a distancia: Salman Khan. Si no lo conocen, Khan es el creador de la “Khan Academy”, una plataforma que desde hace 12 años promueve la educación en línea a través de cientos de cursos digitales. Khan considera a este modelo como el futuro del aprendizaje, pero acepta que los modelos aplicados apresuradamente por las escuelas presentan serias broncas.
Los siguientes consejos los extraigo de una entrevista con la periodista Heather Kelly en The Washington Post. ¡Pongan atención!
1. Más descanso: La primera observación de Khan es que si los adultos no pueden pasar todo el día viendo pantallas, mucho menos los niños. Por eso recomienda sesiones más cortas de aprendizaje (30 minutos máximo), con más tiempos de descanso. Pero hablamos de descansos reales, como jugar, comer un canapé, etcétera. No se trata de darle medio minuto al chamaco para que vaya al baño.
2. Menos cursos y menos niños: Esto es obvio. Cualquier programa educativo en línea no puede hacer todo lo que hace una escuela física. Khan considera que si de por sí enseñar 6 o 7 clases de 60 minutos durante un día es ridículo, mucho más es querer lograr esto con 30 huercos a través de Zoom. Así que debemos reducir el número de cursos diarios y reducir el número de estudiantes por clase (10 idealmente). Como indica Khan: “Esto es un ganar-ganar. Menos fatiga de pantallas y más atención”.
3. ¡Primero lo básico!: Khan dice que es absurdo querer trasplantar todo el currículum educativo a formato digital. Por eso recomiendo enfocarse en lo básico: lectura, escritura y matemáticas. Si los niños logran progresar aquí, o mínimo no se atrofian, podrán compensar en el futuro todo lo que no aprendieron en otras materias. Pero advierte que si degradan sus conocimientos en estas materias básicas, entonces todo su aprendizaje comenzará a sufrir. “Hay que hacer menos y hacerlo mejor”, aconseja.
Sumado a esto, Khan nos recuerda que si la escuela de tus hijos no aplica estos consejos, sería conveniente negociar cambios al currículum con los directores.
Analizando este despapaye histórico, yo quisiera agregar un último comentario para los padres de familia: ¡Que diosito se apiade de ustedes!
2/9/20
EL FILÓSOFO Y LA EDAD
Vuelvo a las reflexiones de Friedrich Nietzsche para buscar explicar el presente de México y la Cuarta Transformación
Texto por: Juan Pablo Delgado Cantú
Todo columnista consagrado presume sus credenciales filosóficas para demostrar que puede explicar el presente a través de la visión de los antiguos.
Hace poco leía a nuestro amigo Friedrich Nietzsche y me encontré con su meditación No. 542 de “Aurora: Reflexiones sobre los prejuicios morales” que hoy les presento para su deleite y análisis. ¡Pelen los ojos! Ahí les va una versión resumida de “El filósofo y la edad”:
Nietzsche se arranca diciendo que solemos mostrar una especie de “piedad” ante ciertos ancianos que consideramos viejos pensadores o sabios. Esto –de entrada, dice él– es un error, pues nos volvemos ciegos al “envejecimiento de su espíritu”. Estos viejos se engañarán a su tardía edad con supuestas renovaciones o renacimientos morales, pero en vez de sabiduría, lo único que nos muestran realmente es su cansancio.
¿Qué es lo que causa este envejecimiento del espíritu? Nietzsche lo describe de manera meticulosa. El primer peligro es que lleva a estos pensadores a tener “fe en su propia genialidad”. Creen que tienen derechos de excepción para “hacerse las cosas más fáciles”, decretando en vez de seguir demostrando. Dejan de reexaminar su pensamiento y sólo quieren disfrutar de sus resultados. Para ello, el pensador hará de su obra algo más “comestible y saboreable”; pero terminará por estropearla con “ñoñerías, golosinas, especias, nieblas poéticas y luces místicas añadidas”.
Nietszche menciona otro signo de agotamiento: el envejecimiento de la ambición juvenil. Si antes quiso crear edificios del pensamiento, ahora sólo quiere instituciones que lleven su nombre… Si buscaba auténticos discípulos, verdaderos continuadores de su pensamiento, incluso auténticos rivales, hoy este viejo se consuela con “partidarios decididos, compañeros incondicionales, tropas auxiliares, heraldos, un séquito pomposo”.
Frente al terrible aislamiento en el que vive su espíritu, buscará rodearse de objetos de la veneración, la colectividad, la emoción. Para esto, incluso “inventará una religión, sólo por tener una comunidad. Así vive y se extravía en una proximidad tan lamentable de divagaciones sacerdotales y poéticas”.
Otra característica de estos viejos es que si antes se comparaban con pensadores mayores era para medir su fuerza o debilidad y ganar frialdad y libertad. Hoy sólo se compara con otros pensadores para “emborracharse con la propia vanidad”.
Su conclusión de Nietzsche es fulminante: “Antaño pensaba con confianza en los pensadores futuros: ahora le atormenta no poder ser el último, medita sobre cómo imponer a los hombres, junto con el legado que les hace, una limitación del pensar independiente; teme y maldice su orgullo y la sed de libertad de los espíritus individuales: después de él nadie ha de dar rienda suelta a su intelecto, él mismo quiere ser para siempre el único bastión contra el que las olas del pensar chocan. La dura realidad es que él mismo se ha detenido delante de su sistema de ideas y ha erigido en él su hito, su <<Hasta aquí, y no más allá>>”.
“Al canonizarse a sí mismo se ha extendido su propio certificado de defunción: su espíritu no debe evolucionar más, su tiempo se ha acabado. Cuando quiere hacer de su persona una institución vinculante para la humanidad futura, ha sobrepasado el cenit de su fuerza, está fatigado y muy cerca de su ocaso”.
¡Ay goey! Y vean que Nietzsche hablaba del envejecimiento y cansancio entre pensadores, filósofos y sabios… Pero si se fijan bien, parece que esta descripción queda como anillo al dedo a ciertos personajes prominentes de la vida pública de México. ¿A quién me refiero? ¡Usted elija!
16/8/20
LA DICHOSA VACUNA
Esa versión hollywoodense donde una cura acaba de golpe con una pandemia es imposible que suceda. La vacuna contra el Covid-19 será sólo el final del principio. Si bien nos va, será el principio del final. Pero de ninguna manera se trata del último capítulo en este culebrón.
Texto por: Juan Pablo Delgado Cantú
Hablemos en serio: esta pandemia no terminará pronto, ni siquiera cuando tengamos una vacuna.
Porque quizás ustedes sean de los soñadores que esperan ansiosos la aparición de una vacuna para que todo regrese a la normalidad. Puede que se digan en su soledad: “Si tan solo sobrevivo este aislamiento, llegará por fin la cura y el Cosmos retomará su estructura original”.
¡Ah claro! ¡La dichosa vacuna! Un deux ex machina que nos salvará de la infección y del eterno tedio.
Pues lamento ser el portador de malas noticias: esa versión hollywoodense donde una cura acaba de golpe con la pandemia es imposible que suceda. La vacuna será sólo el final del principio. Si bien nos va, será el principio del final. Pero de ninguna manera se trata del último capítulo en este culebrón.
Les explico tres puntos importantes:
1. El tiempo es dinero. Consideren primero que es imposible saber si una vacuna estará lista para finales de año o inicios del 2021. Hay buenos prospectos y la velocidad del progreso hasta ahora ha sido histórico. Pero dejen les pregunto: ¿Cuántas de las predicciones felices sobre el Covid-19 se han cumplido? A estas alturas del juego ya deberíamos saber que los escenarios optimistas jamás suceden con este pinche virus.
2. Distribución. Pero supongamos que sí obtenemos una vacuna pronto. ¿Y ahora qué? Como indica Carolyn Johnson en The Washington Post: distribuir una vacuna en todo el mundo “tomará meses, o muy probablemente años”. Sumen a esto la enorme presión que caerá sobre las cadenas de distribución y producción en plena crisis económica; agreguen la poca confianza que habrá en amplios sectores de la sociedad; y que esta labor requiere de enorme cooperación global en estos tiempos de ultranacionalismos. ¡Ta’ muy complicado!
3. ¿Y la efectividad, apá? Supongamos ahora que los astros se alinean y que sí tenemos una vacuna y la logramos distribuir sin sobresaltos. ¡Falta considerar la efectividad! ¿A poco la primera vacuna será la mejor de todas? ¡Poco probable! ¿O que afectará igual a toda la población del planeta? ¡Menos probable!
Michael Kinch, de la Washington University de St. Louis lo deja claro: “Si tuviera que adivinar diría que la primera generación de vacunas será muy mediocre”. El Dr. Anthony Fauci -asesor de la Casa Blanca- comentó también que “no es muy probable” tener una vacuna con efectividad cercana al 100%, y que si bien nos va, nos conformemos con una que tenga un 50% o 60% de efectividad. O sea, servirá sólo en la mitad de los casos. ¡Hazme el refavor cabrón!
¿Y entonces? ¿Acaso no hay esperanza? ¿Estamos condenados a una existencia miserable? La respuesta sencilla es “sí y no”.
Es innegable que aún con la dichosa vacuna seguirán las medidas de salud pública durante meses o años; más aún si consideramos que pronto el Covid-19 unirá fuerzas con la influenza estacionaria. Bajo este enfoque el panorama es terrible y ominoso.
¡Pero no te aflijas, temeroso lector! Porque conociendo e internalizando esta realidad puedes comenzar a tomar decisiones correctas. ¿Quieres seguir encerrado en tu casa? ¡Adelante! Estás en tu derecho; aunque ahora sabrás que tu esfuerzo será en vano o durará una eternidad.
Yo tengo una mejor solución: acepto que nos tocaron muy malas cartas en esta partida de poker y que nada podemos hacer para cambiar esto. Pero sí puedo mejorar mi circunstancia. Así que seguiré apostando en este juego idiota, pero rodeado de la gente que amo y estimo; tomando un buen vino tinto en alguna terraza; buscando disfrutar cada momento.
Nos tocó la Ley de Herodes. Así que ustedes decidan: ¿O se chingan o se joden?
2/8/20
LA BALADA DE CALÍGULA Y WINNIE-THE-POOH
Pongamos las cosas claras: cada semana es más evidente que las tensiones entre China y Estados Unidos están llegando a su nivel más agudo desde que normalizaron relaciones en 1978. Mi opinión: hoy se están escribiendo los primeros capítulos de la nueva Guerra Fría entre las dos principales potencias económicas y militares.
Texto por: Juan Pablo Delgado Cantú
Termina julio. Empieza agosto. Y la cosa nomás no mejora. Nuestras penas son conocidas: violencia, desempleo, crisis económica, secuestros, Emilio Lozoya, y el Covid-19… siempre el pinche Covid-19. Mejor ni hablar de esto.
Hoy quiero volver a mi tema predilecto de los últimos meses. No, no es el calentamiento global (ya habrá tiempo para contarles las malas noticias) sino la controvertida relación entre China y Occidente. No exagero al decir que ésta es la temática más importante en el escenario geopolítico actualmente.
Pongamos las cosas claras: cada semana es más evidente que las tensiones entre China y Estados Unidos están llegando a su nivel más agudo desde que normalizaron relaciones en 1978. Mi opinión: hoy se están escribiendo los primeros capítulos de la nueva Guerra Fría entre las dos principales potencias económicas y militares. Ambas con armas nucleares y sumando el 40% del PIB mundial. No son enchiladas...
En mi columna anterior les conté sobre dos crisis: la supresión de libertades en Hong Kong (víctima de una ley de seguridad impuesta por el presidente Xi Jingping) y el genocidio de los uigures en la provincia de Xinjiang (donde se tortura a millones en campos de concentración y esteriliza masivamente a las mujeres)
Pero digan cualquier tema y encontrarán también conflicto: comercio, derechos humanos, tecnología, defensa, ideología... ¡Todo es un desastre!
Así que hoy analicemos los tres frentes más importantes de este conflicto:
1. Guerra comercial: Desde el inicio de su presidencia, Trump acusó a los chinos de ser tramposos y abusivos en materia comercial. Les impuso tarifas en prácticamente todas las importaciones y Beijing respondió con la misma moneda. Así llevamos tres años. Pero en las últimas semanas, el Departamento de Comercio anunció nuevas sanciones contra empresas chinas por la represión de los uigures y se espera EUA prohíba la entrada a cualquier miembro del Partido Comunista Chino (son 92 millones de pelados). A todo esto sumen las tensiones por el colapso económico global a causa del Sars-CoV-2 (otro regalo de los chinos) y resulta evidente que nada bueno saldrá en el corto plazo.
2. La batalla de los consulados: A finales de julio China ordenó cerrar el consulado yanqui en la ciudad Chengdu como respuesta al cierre del consulado chino en Houston, por órdenes gringas. Los estadounidenses alegan que los chinos usaban el consulado de Houston para espiar y robar investigaciones médicas. China niega todo. Se espera una escalada en las tensiones diplomáticas. ¡Qué desastre!
3. El frente británico: Como buen aliado de los gringos, el Reino Unido también le entró al quite. Su primer golpe vino tras el incidente de Hong Kong, cuando ofrecieron 3 millones de visas británicas a sus excolonos para que escapen de la tiranía de Beijing; poco después cancelaron su tratado de extradición con HK. Ya armados de valor, prohibieron la tecnología Huawei en cualquier área del gobierno, cancelando incluso un megacontrato para instalar la red 5G por temores de espionaje.
Estas son las primera escaramuzas en lo que será la temática más importante de esta década. EUA no quiere perder su primacía global y China muestra menos reservas para hacer notar su poder. Con las elecciones gringas a menos de tres meses, sólo podemos esperar más arrebatos chauvinistas por parte de Trump y más represalias de Beijing. Nada bueno saldrá de esto...
Pero más allá de lo anterior, les platico todo esto también por si a alguien necesitaba algo más de qué preocuparse en la segunda mitad del año. Así nos tocó vivir, señores… ¡Viva el 2020!
20/7/20
LA FURIA DEL DRAGÓN
No conformes con haber sido el origen del SARS-CoV-2, hoy China regresa para machacarnos dos problemas enormes: uno muy malo y otro mucho peor.
Y es que en medio de todo el alboroto mundial, resulta que si descuidamos por un segundito a China nos vuelve a armar un despapaye.
No conformes con haber sido el origen del SARS-CoV-2, hoy los chinos regresan para machacarnos dos problemas enormes: uno muy malo y otro mucho peor. Pero vámonos despacio, porque vamos lejos.
Primero lo muy malo: La última vez que les platiqué de China fue para contarles de una nueva ley de seguridad que el gobierno central en Beijing quería imponer a la provincia de Hong Kong. La lógica del presidente Xi Jinping era sencilla: los hongkoneses disfrutan de una serie de libertades que no existen en el resto del país (prensa, justicia, educación) y esto ya no será tolerado. Así que Xi preparó una ley en lo oscurito, se aprobó en el Parlamento a puerta cerrada y el 1 de julio Hong Kong amaneció con un nuevo régimen legal. El resultado: cualquier protesta contra el gobierno será criminalizada. Incluso si ocurre en Internet. ¡Incluso si ocurre fuera de China! Por lo que este artículo sedicioso me convierte en potencial delincuente frente a los comunistas. ¡Qué bueno!
De acuerdo con The Economist, esto representa “uno de los mayores asaltos a una sociedad liberal desde la Segunda Guerra Mundial”. También podemos dar por muerta la noción de “un país, dos sistemas” que subsistió desde 1997, y el estatus de Hong Kong como centro financiero de Asia. ¡Todo un desastre!
Pero aquí no termina la perversidad de Xi. Veamos una situación más trágica que la anterior.
De acuerdo con una investigación de la Associated Press (AP), el gobierno de China ha iniciado una campaña despiadada y sistemática para reducir el número de nacimientos de los uigures y otras minorías en la provincia de Xinjiang, al oeste del país; buscando eliminar por completo su identidad y estilo de vida que no coincide con los lineamientos del régimen central.
¿A qué me refiero exactamente? A la realización de abortos, esterilizaciones y aplicación forazada de anticonceptivos a millones de mujeres; al cobro de altísimas multas por tener más de dos hijos; al encarcelamiento masivo de millones de ciudadanos por violar las reglas impuestas por el gobierno. No estoy siendo hiperbólico. Expertos consultados por AP consideran a estas medidas un “genocidio demográfico”.
La lógica detrás de esta campaña parece ser la destrucción de la cultura uigur en Xinjiang, ya sea reduciendo el número de nacimientos o encarcelando en masa a la ciudadanía para “reeducarlos” a través de trabajos forzados y/o tortura en cientos de campos de concentración.
De acuerdo con cifras de AP, la tasa de natalidad en dos regiones donde predominantemente habitan uigures se colapsaron en más de un 60% entre 2015 y 2018. En toda la provincia de Xinjiang, el descenso ha sido de 24% tan sólo en el 2019, comparado con 4.2% a nivel nacional. El académico Adrian Zenz indica que “esta caída no tiene precedentes… hay un elemento de crueldad en todo esto”.
Joanne Smith Finley, de la Newcastle University del Reino Unido va un paso más lejos: “Es genocidio, punto final. No es un genocidio inmediato, impactante, de asesinatos masivos, pero sí es un genocidio lento, doloroso y progresivo".
Así las cosas: el régimen de Xi Jinping ha resultado ser no sólo autoritario y represivo, sino el responsable del primer gran genocidio del siglo XXI.
Dato curioso: Xinjiang significa “Nueva Frontera” en mandarín. Resulta perversamente irónico que aquí haya decidido Xi trazar su nueva frontera de terror.
6/7/20
EL INVIERNO DEL PATRIARCA
Vladimir Putin es un rockstar de la geopolítica mundial. ¿Pero qué ha logrado en sus 20 años al frente de Rusia? Y peor aún... ¿Qué podemos esperar ahora que puede reelegirse hasta el 2036?
22/6/20
SIGUE LA BOLA...
El mundo rompió su encierro para exigir una transformación profunda en el pacto social. Nosotros nos inventamos una lucha de clases para hacer desmadre y vandalizar.
8/6/20
LA VERDADERA PESTE CHINA
¿Alguien se acuerda del cambio climático? ¿Pusieron atención a lo que ocurre en Hong Kong? Pues hoy continuamos con nuestro recorrido por los temas ignorados y desatendidos por nuestra obsesiva fijación pandémica.
Les recuerdo que en mi columna anterior tomé un voto de silencio sobre la actual situación epidemiológica. Había dicho que todos estábamos tan dopados por la monotonía informativa que habíamos perdido de vista acontecimientos más interesantes, trascendentales e inclusos peligrosos para nuestro futuro inmediato.
Así que hoy continuaremos este viaje hacia las fronteras ignoradas y desatendidas por nuestra obsesiva fijación pandémica. ¡No temas, lector! ¡Avancemos!
Primero una brevísima parada en el histórico logro del 30 de mayo: el cohete Falcon 9 de SpaceX despegó desde Florida llevando con éxito a Bob Behnken y Doug Hurley al espacio sideral. Así inicia una nueva era en la exploración espacial, y si no ven la importancia de este acontecimiento, entonces no tienen alma y merecen una maldición maligna.
Segunda parada: cambio climático (no se quejen). Porque si algo ha causado optimismo en los últimos meses es ver cómo la naturaleza recupera el terreno perdido tras la retirada del homo sapiens. Todos vieron a los delfines en Venecia o cómo los Himalayas se vieron desde Jalandhar (India) por primera vez en décadas por la ausencia de contaminación.
No canten victoria: la amenaza del cambio climático seguirá cuando salgan de casa. Es un hecho que en los primeros meses del 2020, las emisiones globales de gases de efecto invernadero cayeron un 17%. Pero en mayo, la concentración de CO2 en la atmósfera ascendió a 418 partes por millón. O sea… fue la concentración más alta jamás registrada en la historia humana. La parálisis mundial no enmendó la destrucción que hemos causamos: el CO2 sigue acumulándose.
Pero no nos adelantemos y hablemos mejor de algo que nos afecta hoy mismo. Tercera parada: ¡Hong Kong!
¿Por qué tanto alboroto en HK? Va un resumen: Desde que los británicos regresaron este territorio al dominio chino, HK se gobernó con ciertas libertades que fueron tolerados [en parte] por una China autoritaria (“Un país, dos sistemas”). Pero el año pasado, el gobierno de HK quiso imponer una nueva ley de seguridad que permitiría la extradición de criminales a China. Esto abría las puertas a detenciones arbitrarias y a juicios corrompidos. Obviamente se armó la gorda y vimos protestas masivas durante meses. La ley terminó en el limbo legislativo.
Pero el desgraciado de Xi Jinping no se dio por vencido y a finales de mayo aprobó una Ley de Seguridad Nacional para combatir la “traición, sedición, secesión, y subversión”. Lo que no pudo hacerse a nivel local, se hizo a nivel nacional. Cabe decir que los términos de la ley son tan ambiguos que prácticamente criminaliza cualquier protesta contra el gobierno central de Beijing.
Las consecuencias son enormes en cuestiones geopolíticas, diplomáticas, comerciales y humanitarias. Revela a una China tramposa con intenciones de dominación absoluta a nivel nacional y regional; hace añicos los sueños democráticos y liberales de HK; pone en peligro la autonomía de Taiwán; incrementa la desconfianza global y aumenta la tensión entre China y EE.UU que podría concluir en un encuentro bélico.
El mensaje de China para el mundo es muy claro: ha iniciado una nueva era de terror.
Todo esto sucedió mientras millones de personas alucinaban con pandemias, dejando en claro que los verdaderos peligros son distintos a los que creemos. Basta preguntarle a cualquier ciudadano Hong Kong.