A nadie debería sorprender lo que pasó en la Ciudad de la Luz el viernes 13 de noviembre: desde hace tiempo, Francia venía buscando pleito con el Estado Islámico.
Texto por: Juan Pablo Delgado Cantú
Es indudable que los ataques terroristas en París no sólo fueron un acto de inmensa cobardía sino también algo realmente barbárico. Mas no debería sorprender lo que pasó en la Ciudad de la Luz: desde hace tiempo, Francia venía buscando pleito con el Estado Islámico.
En los últimos días, todo el mundo se ha volcado a las redes sociales para rendir tributo a las víctimas inocentes que murieron en los ataques del viernes por la noche. Dichos actos fueron calificados por el presidente Francois Hollande como “actos de guerra”. Pero que a nadie engañe esto: la realidad es que la guerra ya había comenzado desde hace varias semanas, y esto es solamente la última reacción en una larga cadena de eventos.
¿Por qué atacar a Francia, se preguntarán ustedes? La respuesta más sencilla es que el Estado Islámico está atacando a todos aquellos que se interpongan en su objetivo de conquistar el Medio Oriente, en concreto la región de Siria e Irak.
Hace unas semanas, el Estado Islámico realizó ataques similares a los de París en la ciudad de Beirut, en la República Libanesa. ¿La razón de esto? Pues que el grupo militar Hezbollah, una fuerza preponderante en Líbano, ha estado atacando al Estado Islámico junto con Irán.
Después, una bomba derrumbó a un avión comercial de Rusia mientras sobrevolaba la región del Sinaí, en Egipto. ¿Y esto por qué pasó? Pues fue la respuesta del Estado Islámico a los bombardeos que Vladimir Putin inició hace unas semanas para apoyar a Bashar Al-Assad, el presidente de Siria.
Y ahora le tocó el turno a Francia, quien lleva bombardeando los campos de entrenamiento del Estado Islámico desde hace tiempo: a los ojos del Estado Islámico, Francia es solamente otro de los enemigos a derrotar.
Claramente lo que ocurrió en París es algo desgarrador, pero hay que entender que hay razones claras que los hacían inminentes: estos ataques no surgieron de la nada. El Estado Islámico ha demostrado que son una banda de salvajes que quemaron hace tiempo el manual de Derechos Humanos. Basta recordar que hoy en día están vendiendo esclavas sexuales en los mercados, torturando a la comunidad homosexual, y asesinando a todos los apóstatas que no comulgan con su oscura versión del Islam. Les aseguro que poco le importan los estatutos de la Convención de Ginebra o la Carta de las Naciones Unidas. Ellos van a responder de la única manera que conocen y saben que es efectiva: el terrorismo.
El presidente francés debió saber que estos ataques eran prácticamente inminentes. Porque de hecho, Francia ha sido uno de los países que más activamente ha participado en la llamada “guerra global contra el terrorismo”. Desde que tomó el poder en 2012, Hollande ha intervenido o mantenido la presencia militar de Francia en Libia, Siria, la República Centroafricana, Afganistán, Malí y Siria: todos centros terroristas en el Medio Oriente o África. Naturalmente, ha hecho muchos enemigos en el camino.
Que algo quede muy claro: nada de esto justifica los actos que quitaron la vida a más de 120 personas en París; y personalmente aplaudo a todos los países que buscan eliminar a esa secta barbárica que es el Estado Islámico. Pero como bien dice el refrán: el que se pone a bailar entre nopales, termina espinado.
Este artículo fue publicado originalmente en Púrpura