¡Pinche año de Leona Vicario! ¡Nomás no hay tregua! Y no conforme con los violentos torbellinos de este annus horribilis, ahora el 2020 les propicia un nuevo madrazo a millones de mexicanos: educar a sus hijos a través de las pantallas.
Texto por: Juan Pablo Delgado Cantú
Me robo esta frase de un prestigioso columnista: “¡Pinche año de Leona Vicario!”. ¡Nomás no hay tregua! Y no conforme con los violentos torbellinos de este annus horribilis, ahora el 2020 les propicia un nuevo madrazo a millones de mexicanos: educar a sus hijos a través de las pantallas.
Les adelanto que yo no tengo hijos ni por ustedes los tendré. Pero ignorando mi aversión hacia los infantes, creo que puedo empatizar con los padres de familia que tras meses de encierro con sus criaturas, ahora reciben un ciclo escolar como extensión a su condena.
Primero lo obvio: es innegable que para los chamacos la educación a distancia es la antítesis del ideal deseado. Entre su naturaleza por echar desmadre, su corta capacidad de atención, y la sensación de aislamiento y encierro, los pequeños se enfrentan a una bronca monumental.
A esto sumen la desigualdad tecnológica. El UNICEF indica que son 1,200 millones de niños afectados por los cierres de escuelas en el mundo, y apunta que no todos tienen los mismos recursos para adaptarse a este mundo posmoderno, apuntando que “las desigualdades inherentes en el acceso a las herramientas y a la tecnología podrían agravar la crisis mundial del aprendizaje”. ¡Obviamente!
Pero como bien dicen los clásicos: “¡Es lo que hay!” Así que en vez de quejarnos, veamos cómo podemos mejorar esta situación.
Para desenmarañar este asunto me remito a quien quizás sea el mayor experto de la educación a distancia: Salman Khan. Si no lo conocen, Khan es el creador de la “Khan Academy”, una plataforma que desde hace 12 años promueve la educación en línea a través de cientos de cursos digitales. Khan considera a este modelo como el futuro del aprendizaje, pero acepta que los modelos aplicados apresuradamente por las escuelas presentan serias broncas.
Los siguientes consejos los extraigo de una entrevista con la periodista Heather Kelly en The Washington Post. ¡Pongan atención!
1. Más descanso: La primera observación de Khan es que si los adultos no pueden pasar todo el día viendo pantallas, mucho menos los niños. Por eso recomienda sesiones más cortas de aprendizaje (30 minutos máximo), con más tiempos de descanso. Pero hablamos de descansos reales, como jugar, comer un canapé, etcétera. No se trata de darle medio minuto al chamaco para que vaya al baño.
2. Menos cursos y menos niños: Esto es obvio. Cualquier programa educativo en línea no puede hacer todo lo que hace una escuela física. Khan considera que si de por sí enseñar 6 o 7 clases de 60 minutos durante un día es ridículo, mucho más es querer lograr esto con 30 huercos a través de Zoom. Así que debemos reducir el número de cursos diarios y reducir el número de estudiantes por clase (10 idealmente). Como indica Khan: “Esto es un ganar-ganar. Menos fatiga de pantallas y más atención”.
3. ¡Primero lo básico!: Khan dice que es absurdo querer trasplantar todo el currículum educativo a formato digital. Por eso recomiendo enfocarse en lo básico: lectura, escritura y matemáticas. Si los niños logran progresar aquí, o mínimo no se atrofian, podrán compensar en el futuro todo lo que no aprendieron en otras materias. Pero advierte que si degradan sus conocimientos en estas materias básicas, entonces todo su aprendizaje comenzará a sufrir. “Hay que hacer menos y hacerlo mejor”, aconseja.
Sumado a esto, Khan nos recuerda que si la escuela de tus hijos no aplica estos consejos, sería conveniente negociar cambios al currículum con los directores.
Analizando este despapaye histórico, yo quisiera agregar un último comentario para los padres de familia: ¡Que diosito se apiade de ustedes!