Tras la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos se robó el libreto de la Historia y lo transformó, nombrándose el gran héroe del liberalismo; el inextinguible faro de la democracia; el “Líder del Mundo Libre”. Hoy sucede algo extraño: ¡Nuestro cuento está incompleto! ¡El gran héroe se ha extraviado!
Texto por: Juan Pablo Delgado Cantú
Primero una confesión: nunca logré escribir un buen texto de ficción, quizás ni siquiera uno malo. Todos han sido terribles. Pero según los expertos, toda buena historia (las populares, al menos) tienen una característica tan básica como obvia: la lucha entre el Bien y el Mal.
Esta narrativa también movió a la Historia mundial por siglos, y en todos lados encontramos narraciones repletas de héroes que vencieron (o en nuestro caso, casi vencieron) a sus perversos enemigos.
Pero tras la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos se robó el libreto y lo transformó, nombrándose el gran héroe del liberalismo; el inextinguible faro de la democracia; el “Líder del Mundo Libre”.
Hoy sucede algo extraño: ¡Nuestro cuento está incompleto! ¡El gran héroe se ha extraviado!
Todo porque Trump claudicó a su rol como paladín de la libertad y llevó a EUA al lado oscuro, celebrando y promoviendo ideologías de dudosa procedencia.
Aquí los mafiosos son conocidos: Xi Jinping en China; Putin en Rusia; Trump en EUA. Debajo de ellos, actores secundarios: Bolsonaro en Brasil; Erdogan en Turquía; Orban en Hungría, y otros patiños ruidosos. Más abajo, dictadorzuelos con impacto reducido.
Pero en el equipo de la democracia liberal hay un abismo; y como indica el periodista Adam Taylor, los cuatro posibles candidatos para ser el “líder del mundo libre” -Canadá, Alemania, Francia o Gran Bretaña- están empantanados en sus propias broncas políticas.
Justin Trudeau se encuentra enrollado en un escándalo de corrupción, y si el Partido Liberal pierde la mayoría en las elecciones de octubre… ¡pues adiós Nicanor!
Angela Merkel anunció ya su jubilación. Nuestra Dama de Oro -un peso pesado del liberalismo, sin duda- no competirá en las elecciones del 2021. Así termina su dominio de Unión Europea por más de 13 años. Auf wiedersehen, Doña Merkel!
Su vecino también se las ve negras (no empiecen). Desde noviembre, Emmanuel Macron enfrenta a los “chalecos amarillos” que protestan contra la desigualdad. Monsieur Macron va mejorando, pero así no se puede ser el líder liberal del mundo. ¡C’est la vie!
Y del Reino Unido ni hablemos. El Brexit los dejó encuerados y si Theresa May no ha perdido su chamba es porque nadie la quiere.
Ante este ominoso panorama, sólo queda acudir al clásico: “¿Y ahora quién podrá defendernos?” ¿Cómo combatir a las fuerzas anti-liberales sin grandes héroes?
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