Hemos vivido los últimos 15 años entre terrorismo, caos, crisis financiera y una guerra civil. Sumado a que somos la generación más educada, pero igualmente la peor pagada en los últimos 30 años.
Texto por: Juan Pablo Delgado Cantú
Por mucho tiempo he sostenido que soy una persona pesimista en lo general, aunque optimista en lo individual.
Basta con echar un vistazo al estado del mundo para darse cuenta que nuestro pronóstico como humanidad es a buenas luces negativo, aunque cada día acercándose más a lo calamitoso.
Pero esa es la actitud de mi vida: buscar mantener el optimismo a sabiendas de que gran parte de la humanidad se encuentra en una carrera hacia el abismo.
Últimamente, debo aceptarlo, esto se ha vuelto más complicado.
Con la conmemoración del decimoquinto aniversario de los ataques terroristas del 11 de septiembre, esa “oscuridad” de la que habla Leonard Cohen se ha postrado sobre mi mente. Porque son este tipo de fechas las que te detienen por un momento y te obligan a poner tu vida en perspectiva. “Quince años…” -piensa uno- “¿En verdad ha pasado tanto tiempo?”.
Pues sí señores, yo era apenas un muchacho de 14 años cuando en una escuela de Arkansas (es una larga historia) vi al WTC caer en llamas. Esto quiere decir que durante toda mi adolescencia y lo que llevo de adultez he vivido en un mundo donde el terrorismo (con toda su paranoia y pérdida de libertades civiles) es una constante y una realidad latente.
Y a quince años de este evento, queda preguntarse… ¿Cómo vamos en el combate al terrorismo?
La pregunta es ociosa, porque todos sabemos que la estrategia ha sido un fracaso. Veamos la vida cotidiana en el Medio Oriente, Asia Central, Estados Unidos y la Unión Europea, para entender que la situación no ha mejorado ni un ápice. El terrorismo sigue a la alza, aunque ahora de manera democratizada, al eliminar la lenta burocracia de Al-Qaeda por un terrorismo "do-it-yourself" promovido por el Estado Islámico y su club de amigos fundamentalistas.
Septiembre nos tiene otra sorpresa, pues hace 8 años (un 15 de septiembre, para ser exactos), la firma de Lehman Brothers se declaró en bancarrota, iniciando la crisis financiera más profunda en la historia reciente. Agreguemos eso también a la lista.
Sigo con mis quejas y reclamos porque aquí en México la cosa no va mejor. Quizás no tengamos broncas con Allāh o el Terror Inc. pero sí con otros grupos criminales de la misma calaña. Para nosotros, este 2016 igual nos cae como balde de agua fría, pues en diciembre estaremos cumpliendo nuestra primera década en la absurda guerra contra el narcotráfico.
Así lo es… diez años ya de operativos, retenes, decapitados, secuestros, extorsiones y otra larga letanía de atropellos a los derechos humanos; y sí… estamos igual o peor que al inicio de la guerra. Basta recordar que este mes de julio registramos la mayor cifra de homicidios desde el verano del 2011.
Así que la próxima vez que se quejen de cómo nosotros los Millennials somos unos cínicos o malcriados, que no queremos casarnos ni tener hijos, o no queremos comprar una casa o un auto… ¡Tengan paciencia, señores! Hemos vivido los últimos 15 años entre caos, crisis financiera y una guerra civil. Sumado a que somos la generación más educada, pero igualmente la peor pagada en los últimos 30 años.
Quién sabe qué sea… pero sigo sin explicarme por qué estoy de este humor y no puedo ser feliz. En una de esas es porque el verano termina este 21 de septiembre.
¡Ah! ¡Y ni siquiera empecemos con el tema del calentamiento global!
Una versión de este texto se publicó originalmente en Vértigo.