LA CRISIS POLÍTICA EN BRASIL Y EL OCASO DE DILMA ROUSSEFF
Fecha de transmisión original: 13/05/2016
La Diplomática - Sección del noticiero "Primera Línea" con Vaitiare Mateos. (11:00 Hrs a 13:00 Hrs por AzNoticias; TV Azteca)
NO HAY FECHA QUE NO LLEGUE, NI PLAZO QUE NO SE CUMPLA, Y AYER DESPERTAMOS CON LA NOTICIA DE QUE EL SENADO BRASILEÑO VOTÓ PARA RETIRAR TEMPORALMENTE DEL PODER A DILMA ROUSSEFF, LA PRESIDENTA DE BRASIL. ¿CÓMO LLEGAMOS A ESTE PUNTO?
¡Se la fregaron a la señora Rousseff! Y sí… tal como lo platicábamos aquí hace un par de meses, la crisis política por la que transita Brasil ha llegado a uno de sus puntos más álgidos.
Vamos a recapitular: Desde hace dos años y medio, el sistema Judicial de Brasil ha estado investigando una red de corrupción que sacude a toda la política brasileña. En el centro de este escándalo está Petrobras, la empresa petrolera de Brasil. Se dice que numerosos políticos y empresarios estuvieron involucrados en saquear los recursos de esta empresa para enriquecerse, dar sobornos o realizar toda clase de corruptelas. Ya hemos visto como incluso al expresidente Lula da Silva le llegó a afectar este escándalo hace unos meses.
Pero Dilma parecía estar a salvo, pues ningún caso de corrupción llegaba a ella. Sin embargo, el Congreso le encontró un defecto: la señora había tomado dinero de los bancos estatales para maquillar el presupuesto federal, y hacer que los déficits aparezcan como menores.
Dilma ha negado que ella sea culpable y dijo que este mismo “delito” ha sido cometido por todos los gobiernos anteriores. Pero el Congreso brasileño está en busca de sangre, y todo esto le importa un carajo. Así que aprovecharon la terrible recesión económica y la bajísima popularidad de la presidenta para lanzar este proceso de impeachment y quitarla de su cargo.
A mediados de abril el Congreso votó a favor del impeachment, y precisamente ayer el Senado votó 55 votos a favor contra 22 en contra para ratificar lo que los diputados y millones de brasileños quieren: la salida de Dilma del poder. Lo que sigue es que por 180 días (6 meses) la presidenta estará fuera del poder y bajo investigación judicial, lo que podría terminar en su regreso al cargo o su destitución formal.
Lo interesante es que ahora que Dilma se ha ido temporalmente, su sucesor Michel Temer (antes vicepresidente) también está acusado de corrupción, pues violó los límites de campaña durante las elecciones pasadas; el principal opositor de Dilma en el Congreso, Eduardo Cunha TAMBIÉN fue quitado de su puesto por corrupción.
La cosa se pone peor: el 60% de los 594 diputados brasileños se encuentra bajo investigación por toda clase de delitos, desde corrupción, fraude electoral, hasta secuestro y HOMICIDIO. O sea que tenemos a una pandilla de ladrones y asesinos que están juzgando a Rousseff, quien ni siquiera es acusada de robar o de cometer actos de corrupción. Lo que estamos viendo no es más que un revanchismo político que se aprovecha de la mala situación de la señora Rousseff.
Lo peor de todo es que ahora sí –oficialmente- la señora NO podrá inaugurar los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro.
¿QUÉ TAN GRAVE ESTÁ LA SITUACIÓN? DILMA DIJO QUE SU SALIDA DEL PODER SE DEBE A UN “GOLPE DE ESTADO” EN SU CONTRA. ¿ES ASÍ DE GRAVE? ¿LA DEMOCRACIA EN BRASIL ESTÁ EN PELIGRO?
Yo no iría tan lejos como para decir que se trata de un “golpe de estado”, pero sí de revanchismo políticos llevado a un extremo absurdo.
Algo sí es muy claro: este proceso debilita indudablemente los cimientos democráticos del Estado brasileño. Porque si casi todos los políticos brasileños están acusados de corrupción (incluido Michel Temer) ¿Qué evitará que en un futuro el Partido de los Trabajadores (al que pertenecen Lula y Rouseff) o cualquier otro partido decida destituir al nuevo presidente?
Ahora bien, me queda claro que sí debe hacerse justicia contra los corruptos, pero no todos los crímenes o delitos exigen una destitución o impeachment presidencial. Insisto… Dilma maquilló el presupuesto federal –algo malo, sin duda- pero no tomó dinero de PretroBras, no asesinó a nadie, ni siquiera está relacionada a un caso real de corrupción.
Lo que esto va a generar es un terrible precedente para la democracia brasileña. Si cualquier cosa es suficiente para quitar a un presidente, entonces seguramente será algo que volverá a suceder, con todas las consecuencias para el orden democrático de Brasil.
NUEVAMENTE ESTAMOS VIENDO UN GOBIERNO DE IZQUIERDA CAER COMO UN CASTILLO DE NAIPES. ¿ESTE ES EL FIN DE LA IZQUIERDA LATINOAMERICANA?
Pues parece que sí, le duela a quien le duela. En los últimos años hemos visto cómo todos los gobiernos de izquierda (cada uno distinto y con sus particularidades) se han venido abajo.
Ya analizamos aquí la caída de los Kirchner en Argentina y a la Cuba de los Castros que se acerca a Estados Unidos; sabemos que Venezuela está al borde de convertirse en un estado fallido; en Bolivia a Evo Morales le prohibieron una nueva reelección. Si acaso… sobreviven a duras penas Nicaragua y Ecuador, pero realmente nunca han sido pesos pesados en la diplomacia internacional.
¿Por qué llegó a su fin esta parranda de las izquierdas? Pues en gran parte todos estos gobiernos, en distintas medidas, sobrevivían por los altos precios y el boom de las materias primas que se vivió en la última década. Mientras las materias primas se vendieran bien, la fiesta podía seguir..
Pero hubo un gran problema, porque en su gran mayoría, los enormes recursos que generaron con esta economía lo derrocharon en programas sociales y subsidios sumamente costosos. No crearon riqueza, ni diversificaron su economía, ni fueron amigables a la inversión extranjera. Tan sólo gastaron el dinero, aumentaron la burocracia y con esto vino también la corrupción.
Ahora que se terminó la borrachera de las commodities, América Latina se despierta con una tremenda cruda que deja a los gobiernos de izquierda muy débiles para enfrentar a la oposición política. Para bien o para mal, la izquierda en América Latina llega a su ocaso apenas 15 años después de su apogeo.