EL SÚPER MARTES ELECTORAL EN ESTADOS UNIDOS
Fecha de transmisión original: 04/03/2016
La Diplomática - Sección en el noticiero "Primera Línea" con Vaitiare Mateos
(11:00 Hrs a 13:00 Hrs por AzNoticias; TV Azteca)
SE CELEBRÓ EL “SÚPER MARTES” ELECTORAL EN ESTADOS UNIDOS. ¿QUÉ PODEMOS RESCATAR DE ÉL? ¿CUÁLES SON ALGUNAS DE LAS SORPRESAS QUE VIMOS?
La realidad es que no hubo muchas sorpresas; esto es al mismo tiempo bueno como malo. Primero las buenas noticias: Por el lado Demócrata sucedió lo que todos esperábamos. La señora Hillary Clinton confirmó su liderazgo y su fuerza ante el electorado, ganando 7 de los 11 estados; Bernie Sanders ganó sólo cuatro. Ahora bien, hay que recordar que “ganar un estado” no significa que el vencedor se lleva a todos los delegados; sino que se lleva la mayoría de ellos dependiendo de los votos. Sin embargo, Clinton lleva casi la mitad de los más de 2000 delegados necesarios para ser la candidata; Sanders lleva menos de 1/5.
Y aunque sea prácticamente inevitable que Clinton sea la candidata a la presidencia; esto no es una mala noticia. Hemos hablado aquí de cómo Clinton es una mujer sumamente capacitada: fue primera dama por 8 años; senadora por el estado de Nueva York también por ocho años; y Secretaria de Estado con Barack Obama por cuatro años. Una cosa te aseguro: experiencia NO le falta a esta mujer.
Ahora las malas noticias. En el campo Republicano, temo decir que sucedió también lo que todos esperaban, que es lo que todos temimos: Donald Trump arrasó en el Súper Martes, ganando 7 de los 11 estados, Ted Cruz ganó 3 y Marco Rubio sólo uno. Hoy Trump tiene casi un cuarto de los delegados necesarios para ser nominado. Con sus 319 delegados, le está ganando por 100 delegados a Ted Cruz, y por 200 a Marco Rubio.
¿POR QUÉ NADIE HA PODIDO DETENER A DONALD TRUMP? ¿QUÉ TIENE ESE SEÑOR QUE LO HACE TAN ATRACTIVO PARA EL ELECTORADO CONSERVADOR?
Para entender la fuerza de Trump debemos regresar al 2008, cuando Estados Unidos transitaba por un periodo MUY oscuro: no sólo sufría la peor recesión económica de su historia y millones de personas perdían sus empleos; también había una desmoralización absoluta, en parte por los fracasos de la clase política y las fuerzas militares que estaban paralizadas en Iraq y Afganistán. No había ni una buena noticia en el horizonte.
Esto permitió el surgimiento del famoso “Tea Party”: un movimiento social y político que buscaba un cambio radical. Querían prácticamente desmantelar al gobierno federal, a quien culpaban de la catastrófica situación social, política y económica de aquel momento.
Al partido Republicano se le ocurre una idea: canalizar a su favor la energía y el rencor de este movimiento de ultra-derecha. Fue en esos momentos cuando a los líderes Republicanos tuvieron la brillante idea de elegir a Sarah Palin (una persona cero calificada) como candidata a la vicepresidencia; fueron los mismos que llamaron a Obama “socialista”, “musulmán” y decían que no había nacido en Estados Unidos sino en Kenia (de hecho, Trump fue uno de los qué más enfáticamente proponía esto). Promovieron el mensaje de que los migrantes robaban empleos de los “americanos blancos”; querían construir un muro en la frontera (incluso cuando la migración estaba en su nivel más bajo en décadas); inspiraron un medio irracional a toda persona del Medio Oriente, y decían que cualquier acuerdo con los Demócratas era una traición a sus principios.
Lo que no esperaban los Republicanos, es que el Tea Party pudiera secuestrar a todo el Partido. Pero eso fue precisamente lo que pasó… de forma gradual los locos tomaron el control del manicomio, e hicieron de la ideología conservadora una actitud tribal y primitiva: una masa de ideas basada en el odio, el rencor, la desconfianza y el miedo.
Lo que Trump propone ahora lleva años gestándose en Estados Unidos. Y es que los Republicanos crearon a un monstruo y lo alimentaron por años con racismo y miedo. Trump ahora sólo cosecha esos frutos, pues fue tan astuto para percibir que el escenario estaba listo para su aparición. Porque será muy fácil burlarse de Donald Trump y decir que es un payaso o un idiota. Pero una cosa te digo: ese señor será muchas cosas, pero tonto no es: ha sabido explotar los ánimos del electorado con maestría pocas veces vista.
VEMOS EN LAS REDES SOCIALES QUE LA GENTE COMPARA A TRUMP CON HITLER. ¿QUÉ TAN ACERTADA ES ESTA COMPARACIÓN? ¿HAY QUE ESTAR PREOCUPADOS?
No mucho… Comparar a Trump con Hitler es hiperbólico y exagerado. Hitler fue un personaje marcado por su época y su contexto. No creo que sirvan de mucho hacer comparaciones de este tipo, ya que son anacrónicas e inexactas.
Algo que sí está haciendo Trump es tomar algunos elementos del lenguaje hitleriano, que finalmente podrían ser visto como un discurso populista. Como decíamos antes, la cuestión del racismo a los latinos, el miedo a los musulmanes o la creencia que Estados Unidos es débil ya venía gestándose por años. Pero el Imperio Yankee sigue siendo el país más poderoso del mundo, los musulmanes en EUA no son terroristas y los latinos no roban empleos.
Yo creo que Trump es más como Hugo Chávez, con un discurso y una actitud populachera. Así como Chávez, Trump le ha dado voz a aquellos que se sienten desamparados por el sistema; promete cosas imposibles de cumplir, culpa a grupos opositores de todos los problemas del país; tiene una idolatría a su imagen, y promete resolver todos los problemas con soluciones sencillas.
Sin embargo, no podemos tomar a Trump como algo inocuo. Quizá no sea un genocida como Hitler, pero sí ha exacerbado el fuego del racismo y la xenofobia entre la gente.
Y esto es un grave problema: porque incluso si Trump no llega a la Presidencia, dejará detrás de él a millones de personas insatisfechas; encolerizadas con odio y racismo.
Si algo debe quedar claro, es que aún con la derrota de Trump, el próximo presidente tendrá que enfrentar a una sociedad profundamente dividida. Un problema que no se resolverá fácilmente.