El año 2013 comienza muy bien para casi todo el mundo, excepto para el "Perro de Dios", ese pobre Joseph Ratzinger.
Texto por: Juan Pablo Delgado Cantú
La mayoría de
los líderes globales deben estar pasando por el mismo proceso, muchos de ellos quizá
muy felices y satisfechos con el año que terminó. Sin duda el 2012 fue un buen
año para la gran mayoría de los dirigentes internacionales, en particular para
los Occidentales.
Aquí van algunos
ejemplos:
En Estados
Unidos, Barack Obama venció a un malvado robot ultra-capitalista en las
elecciones presidenciales, asegurando la permanencia de su programa de salud y
de la sanidad política en el país. En Europa, la Unión se mantiene todavía intacta
y tanto Grecia como España siguen apareciendo en los mapas. En Rusia, Vladimir
Putin continua siendo el rey. La Argentina de Kirchner también subsiste (creo)
y parece que en el corto plazo no habrá una guerra anti-colonialista contra
Isabel II. México sobrevivió la restauración del periodo jurásico e incluso se pronostica
un fuerte crecimiento económico.
Claro, estuvo
eso de la destitución legislativa contra Fernando Lugo, pero seamos honestos, a
nadie le interesa mucho el Paraguay. ¡Ah!, y Hugo Chávez tiene cáncer, pero todo
indica que su revolución bolivariana sobrevivirá para luchar contra el
imperialismo en otra ocasión.
Sin embargo, existen
gobernantes que enfrentan retos más complejos y si nos enfocamos en la
categoría de los más arruinados, de aquel grupo de líderes que sólo pueden ver abismos
y oscuros horizontes, ahí encontraremos arrinconado a Joseph Ratzinger, poseedor
de títulos tan diversos como “Pontífice Supremo de la Iglesia Universal”, “Sucesor
del Príncipe de los Apóstoles”, “Vicario de Cristo en la Tierra” y “el Perro de
Dios”, -de raza Rottweiler, según indican sus seguidores.
Ese pobre
Ratzinger (es un decir) ha arruinado tanto a su S.A. de C.V. que incluso un
incrédulo y escandalizado Alejandro VI se deberá estar preguntando desde el más
allá cómo alguien puede hundir de tal forma a la Iglesia. Hay que aceptarlo, uno
puede asegurar que la Santa Sede ha tocado fondo cuando el representante de
dios necesita una cuenta de Twitter para
pastorear a su rebaño; algo que también pone en evidencia que ya no hay nada
sagrado en este mundo.
Recordando el
año que tuvo que soportar el Santo Padre, se podrá recordar la traición de su
mayordomo personal, quien reveló sus secretos de alcoba; también está la
publicación de su libro que mostró a la humanidad verdades metafísicas sin
precedentes (¡increíble, durante la Natividad no hubo ni un burro ni un buey!).
También se descubrió que otros cientos de infantes fueron abusados sexualmente por
el clero católico, aunque resulta interesante que este tipo de noticias ya no
escandaliza a los feligreses.
Entre todo esto,
uno de los episodios más curiosos fue la visita de Ratzinger a la isla de Cuba (¿alguien
se acuerda que también vino a México?, probablemente no, ¿verdad?). La opinión
general fue que el viaje fue un éxito político, pero también uno que desencadenó
una enorme polémica. Si bien recuerdan, antes de aterrizar en la isla, Benedicto
comentó que “es evidente que la ideología marxista en la forma en que fue
concebida ya no corresponde a la realidad”. Muchos se indignaron por sus
palabras, otros tantos las celebraron.
Lo importante
es que nadie levanto la voz para decir, “pero señor Ratzinger, aunque su
argumento es válido, ¿qué no es la Iglesia Católica la que ya no corresponde a
la realidad?” Supongo que es sano dudar de una ideología que surgió a mediados
del siglo XIX, pero yo no encuentro forma de poner en tela de juicio una
ideología que nació de la mitología de unos pastores nómadas que merodeaban los
desiertos de Palestina hace 2,300 años.
Y si vamos a
cuestionar el autoritarismo del régimen de Castro o la falta de democracia en
Cuba, ¿que no deberíamos dudar de un sistema de gobierno basado en el
feudalismo, que elige de la forma más opaca a su gobernante que (¡faltaba más!)
es infalible en cuestiones teológicas?
Supongo que esto
ya no importa. Es necesario comenzar el 2013 sin rencores y con optimismo.
Pero mientras
el Vaticano inicia el año en medio de una pugna financiera contra el Banco de
Italia, para el resto del mundo (excepto Siria) el inicio del 2013 pronostica
clima soleado. China se prepara para estrenar a un nuevo líder con tendencias
reformistas, Estados Unidos se ha salvado del precipicio fiscal, e incluso Kim
Jong Un habla de paz y reconciliación con su vecino del sur.
Sin embargo,
al parecer el único que se quedará sin su hueso en este año es el perro
Rottweiler de dios.